«Hoy estamos de fiesta, tenemos casa nueva y hay que inaugurarla como Dios manda», escribió a principios de la década del 70 el destacado cantautor y folclorista chileno Tito Fernández, El Temucano, en su emblema musical «La casa nueva», letra que refleja el sentimiento de felicidad que invade a cada persona al alcanzar uno de sus mayores anhelos: la vivienda, ya sea como propietario o arrendatario.
No obstante, quien se embarca en esta tarea descubre que la búsqueda de una casa o departamento – para compra o arriendo- es un proceso más complejo de los esperado e incluye una serie de variables que demandan la asesoría de un experto en la materia, en especial previa firma de algún acuerdo o contrato. La pregunta en cuestión es qué institución o cuál profesional es el más idóneo para esta función. Una buena respuesta a esta disyuntiva la entregan programas como ‘Property Virgins‘ o ‘House Hunters International‘ de la cadena televisiva Fox Life, donde este papel es asumido por un corredor de propiedades, demostrando una faceta experta en temas inmobiliarios muy distinta a la conocida como simple mostrador.
El nivel de conocimiento sobre financiamiento, mercado inmobiliario y su comportamiento son uno de los puntos claves. «Pensamos que para arrendar o comprar una propiedad es suficiente con las ganas, dinero y encontrar la oportunidad de una vivienda que satisfaga nuestros gustos y expectativas, sin embargo, hay una combinación de aspectos y conceptos que manejar, comenzando por aterrizar nuestros sueños a las condiciones del mercado«, propone César García, socio administrador de MGC Negocios Inmobiliarios de Inmobired.
Es sabido que un agente inmobiliario no tiene que ser arquitecto ni ingeniero, pero si debe ser capaz de interpretar las necesidades de cada uno. «Para una buena asesoría en materia inmobiliaria no hay que buscar un profesional experto en diseño o construcción; un agente inmobiliario en base a su experiencia cumple perfectamente esta función, independiente de sus estudios. Lo importante es que sepa escuchar qué uno quiere, analizar en conjunto los pro y los contra y visualizar con total honestidad lo solicitado en relación al mercado. Este punto es fundamental, ya que puedo querer un cuadrado de 10 x 10 mts. a 5 pesos, pero en realidad no hay cuadrados de ese tamaño en la zona o el valor mínimo siempre es desde los 15 pesos», subraya García de MGC.
Finalmente, y casi tan o más importante que lo anterior, el ejecutivo inmobiliario debe contar con argumentos legales suficientes que permitan comprender la situación de inmueble, independiente del tipo de operación relacionado. «Si hablamos de contrato de arrendamiento nuevos conceptos hay que incorporar a nuestro léxico, como tipo de reajuste, la diferencia entre un contrato a 12 o 13 meses, renovable o no; lo mismo ocurre en el caso de una compraventa, comenzando por la diferencia o similitud entre un cierre de negocios y una promesa, prohibiciones de una casa o departamento, juego de títulos de una propiedad, etc».
Lo importante es que tras comprar o arrendar sigamos tarareando a Tito Fernández cantando alegremente: «Déjame bailar contigo la alegría linda del último vals, amor, amor» y censurar de la canción los temidos versos: «Una casa, cuál casa? si esto es una barraca comparada con otras que sí se llaman casas».
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